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Este es un blog dedicado a diversos aspectos del llamado "cine de guerra" o "cine bélico". Los comentarios están dedicados a relacionar películas, libros, directores, actores, y cualquier otro tema que tenga que ver con dicho tipo de cine

Si te interesa alguna película de guerra en particular quizás está comentada en el BLOG PRINCIPAL. Pasate por allí para comprobarlo.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Personajes arquetípicos del cine bélico: el loco


origen de la imagen


Leonardo da Vinci consideraba a la guerra como una locura bestial. No hay duda de que lo es. Aunque, tal y como señala el libro de Norman Dixon, la inmensa mayoría de los que tienen la desgracia de verse involucrados en un conflicto bélico son gente bastante cuerda y sensata. Pero a veces entre los militares, como en otras actividades, se encuentran personas desequilibradas. Y claro, no es lo mismo un sombrerero loco que un soldado armado loco. Como podemos imaginar, cuanto mayor es el grado de responsabilidad, mucho peores son las consecuencias que puede acarrear esa locura.

El cine también ha tratado el tema de la locura y la guerra en varias ocasiones. El personaje de loco ha dado mucho juego. En unos casos es una presencia anecdótica como los locos escapados del manicomio que aparecen en "Un puente lejano". En otros como "Uno Rojo, división de choque" es un atrezzo para intentar simbolizar la locura bélica: los cuerdos se matan entre sí mientras los locos se respetan. La locura incluso ha llegado a ser el leitmotiv de la trama, como puede verse en "Trampa 22". Dejando de lado la psicología y la psiquiatría, fundamentalmente hay dos tipos de locos en el celuloide:



Tipo 1: Aquellos que se vuelven locos debido a la guerra.

Tipo 2: Aquellos que están locos antes de la guerra.




Los personajes del tipo 1 son los más abundantes. Y de nuevo tenemos aquí una completa gradación en cuanto a su nivel de protagonismo. La mayor parte de las veces aquellos que han perdido la cordura aparecen durante unos cuantos fotogramas, como un elemento del decorado que recalca el mensaje de que la guerra es una locura bestial. Suelen ser representados como personas con la mirada vacía y que pueden estar murmurando algo de manera repetitiva. Otras veces es uno de los protagonistas el que acaba loco, generalmente hacia el final de la cinta, después de haber padecido horrores sin nombre. Un ejemplo muy claro lo tenemos en el personaje de El teniente en la película "Cuatro de Infantería".





Algunas películas no sólo han tratado el trauma que causa la locura, sino también el tratamiento de dichas personas para poder recuperarlas. Es el caso de "Birdy" o de "Regeneración". Ambas tienen en común el mostrar el poder curativo de la amistad. La última tiene el interés añadido de que no sólo muestra el punto de vista de los pacientes, sino también el del médico que tiene que tratarles.

Pero sin duda los personajes más interesantes del tipo 1 son aquellos sobre los cuales descansa una parte esencial de la película en la que participan. Creo que hay cuatro que todo aficionado al cine siempre tiene presentes.





Lope de Aguirre en "Aguirre, la cólera de Dios"


Kinski y Herzog consiguieron plasmar perfectamente lo que significa hacer un viaje de la cordura a la locura. El director supó desde el primer momento que Kinski era el actor indicado para este papel, pero ambos tenían puntos de vista diferentes de como debía de ser interpretado. Kinski opinaba que Aguirre debía ser un ser descontrolado y salvaje. Herzog opinaba todo lo contrario, cuanto más tranquilo, más amenazante y peligroso resultaría. Herzog se salió con la suya con el siguiente truco: antes de empezar a rodar solía cabrear a Kinski para que, una vez ya hubiera explotado y gritado lo suficiente, aún le quedara el resquemor y el odio.




El coronel Kurtz en "Apocalypse Now"

Probablemente el arquetipo de persona normal a la que la experiencia de la guerra desquicia por completo. Kurtz, tercera generación en West Point y segundo de su clase, pasa de ser una de las mejores promesas del ejército estadounidense a convertirse en el líder espiritual de una banda de nativos cuyo principal entretenimiento es el de cortar cabezas de todo aquel que no les cae simpático. El personaje de Chef (Frederick Forrest) lo define como un loco, pero el periodista (Dennis Hopper) lo describe como el último de los guerreros-poetas.




El coronel Nicholson en "El puente sobre el río Kwai"

Considerada como una de las mejores interpretaciones de Alec Guinnes. El comportamiento de Nicholson hace bueno el dicho: el infierno está empedrado de buenas intenciones. Todo está hecho de acuerdo al reglamento y con vistas a elevar la moral de la tropa. Todo es normal. Pero esa actividad "normal" significa ayudar al despiadado enemigo que les tiene cautivos y estar orgulloso de ello. Sólo al final, cuando ya es demasiado tarde, Nicholson recupera la cordura y se dará cuenta de lo que ha hecho.




El capitán Queeg en "El motín del Caine"

El personaje interpretado magistralmente por Humprey Bogart es un producto del estrés de combate aunque nunca haya llegado a combatir. Una persona aparentemente preparada para un puesto de responsabilidad se manifiesta como un cobarde paranoide cuando está bajo presión. Sin embargo, aunque inicialmente el espectador siente desprecio por su comportamiento, finalmente lo que siente es lástima.






En cuanto a los personajes del tipo 2, aquellos que estaban locos antes de la guerra, quizás no sean tan abundantes en las películas de guerra como los de tipo 1. Pero han dejado una huella profunda, pues los efectos de su locura gozan de una especie de aura de "normalidad" sobre el trasfondo del conflicto bélico. Es el caso del General Tanz (Peter O'Toole) en "La noche de los generales", o de Archer Maggot (Telly Savalas) en "Doce del patíbulo". Nada mejor que una guerra para que un psicópata asesino de rienda suelta a sus fantasías. Entre tantos horrores, los suyos pueden pasar perfectamente desapercibidos.






Aunque en mi opinión, el mejor personaje de este tipo es el general Jack D. Ripper interpretado por Sterling Hayden en "Teléfono Rojo. ¿Volamos hacia Moscú?". Hayden encarnó a una de las peores pesadillas del mundo contemporáneo: que alguien con acceso a armas atómicas decida iniciar una guerra nuclear por su cuenta. Kubrick y su equipo de guionistas consiguieron crear a uno de los más delirantes y paranoicos personajes del séptimo arte. Su diálogo con Peter Sellers en el que explica que la fluorización del agua es una conspiración comunista para contaminar los preciosos fluidos corporales de los estadounidenses es una de las mejores partes de dicha película.

Y es que es muy malo perder la calma.